Importancia de perdonar

¿QUE IMPORTANTE ES PERDONAR? 

 ¿Hasta cuantas veces debemos perdonar aquellos que nos ofenden?

 

 Es una pregunta que muchos pueden cuestionarse pero dice la Biblia. “Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”, (Mat.18:21-22).

 

 OTRA PREGUNTA QUE SURGE ES: ¿Cada cuando tengo que perdonar?

 

Cada vez que te acerques al Señor y te acuerdes que tú tienes algo contra alguien. “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas”, (Mr.11:25-26).

 

 ¿Y si yo no hice nada y es la otra persona que tiene algo contra mí?

 

 Bueno; el Señor Jesús te manda a que hagas lo siguiente. “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”, (Mat.5:23-24).

 

 El señor no da treguas, el desea que de inmediato resolvamos nuestros asuntos de relaciones con los demás, cuando nosotros retenemos el perdón y no lo soltamos a los que nos ofendieron, así como no pedimos perdón a los que ofendimos, Dios también retiene su perdón hacia nosotros y entonces es en vano todo cuanto le pidamos y clamemos si antes no damos el paso nosotros.

 

Si no perdonamos, no hay perdón, creo que esto es Justo y es parte de la justicia de Dios aplicada a nuestra vida. ¿Y no dice el Señor que todo lo que ataremos en el cielo será atado en la tierra y que todo lo que desataremos en el cielo será desatado en la tierra?

 

Muchos han mal interpretado este pasaje aplicándolo únicamente al atar al enemigo o el desatar las bendiciones de Dios. Y no es así; el Señor dice: “En verdad os digo: todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo…  Cuando nosotros no perdonamos, atamos a las personas en nuestra vida a sentimientos de odios, amarguras y  resentimientos. Y vamos caminando sobre esta tierra atados a un enorme peso de culpa y de falta de perdón. Y si esto lo atamos en la tierra también es atado en el cielo.

 

Pero el Señor dice: “…y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo”. Mat.18:18. Cuando perdonamos soltamos una gran carga de nuestro corazón. Sentimos como si un enorme peso fuese quitado y hasta nos sentimos ligeros del alma. Cuando soltamos a las personas de nuestros resentimientos entonces Dios también lo desata en el cielo.

 

 Debemos obedecer, si en realidad amamos al Señor. ya que El Señor nos dice: “No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados. Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”, (Luc.6:37-38).

 

Vamos; si tienes cuentas no resueltas en tu vida de falta de perdón no tardes en perdonar y pedir perdón, hazlo antes que sea demasiado tarde

Hola amados hermanos. Para hablar del tema del perdón quiero compartirles de un hermoso testimonio de alguien que me confió su situación. He aquí el testimonio de ROSE LIZ.

"Soy la mayor de 5 hermanos en mi familia. Mi niñez y juventud fueron  difíciles porque vivía 
en una familia disfuncional. Mi madre, una buena mujer y sumamente trabajadora, no era cristiana, así que sin conocimiento de la palabra de Dios ella hacía lo mejor que podía. Mi padre, toda su vida enfermo de una condición cardíaca severa, con crisis frecuentes que lo dejaban al borde de la muerte, tenía un carácter muy difícil, histérico, maldiciente, nervioso, lleno de amargura y frustraciones debido a su enfermedad. 
En ese ambiente crecimos mis hermanos y yo. Desde luego que con el tiempo comienzan 
a aparecer en nosotros las secuelas de los maltratos de mi padre en forma de transtornos en 
nuestra personalidad. Cada uno de nosotros procesó de manera diferente el abuso y el dolor
 de la crianza. Cuando yo tenía unos 17 años, mi madre cayó en un stress tan severo que necesitó ayuda siquiátrica por muchos años. Luego descubrí que la droga que le administraban era para esquizofrénicos. Mi madre, gracias a Dios aún vive y es una gran guerrera y sierva de Dios. 
Mi padre murió joven, y mi conclusión es que viviendo demasiado enojado, exceso de adrenalina corría todo el tiempo por su sistema. Todo el tiempo maldiciendo, tenía explosiones de furia, violencia, andaba en pleitos con la parentela, y además, para el colmo de males amaba mucho el dinero,  ésto lo llevó a un colapso; él mismo se mató con su carácter. 
Más adelante, cuando yo había recibido a Yeshúa en mi corazón, tuve que enfrentar la condición
 de mi alma por tanto rechazo que había recibido (mi padre quiso abortarme y llevó a mi mamá 
a una clínica de abortos).
Entendí, de acuerdo a la Palabra de Dios que si literalmente no honraba a mis padres, la vida iba 
a ser corta y miserable para mí y, obviamente no iba a tener la bendición de Dios.  Deut 5:16.
Por eso, entendí que debía perdonar a mis padres, tanto a mi papá y a mi mamá. A mi papá por
 ser un abusador, y a mi mamá porque al tolerar tanto abuso nos llevó a todos nosotros casi a enloquecer. Este es un ejemplo muy gráfico de lo que es una familia disfuncional. Y en este
 tipo de familias, donde abunda el pecado y falta Dios, es donde los hijos se vuelven tarados y terminan peor que los padres y el mal se extiende a las generaciones siguientes, A NO SER,
 que haya una conversión, regeneración y restauración en Jesús, entonces se corta la maldición.
Decidí perdonar, aunque no me nacía hacerlo. Lo hice por FÉ. Y no sólo los perdoné, también
 los bendije con todo mi corazón. Aún recuerdo que ese día yo sentí la liberación más grande en mi vida. Después de eso, el Señor comenzó a mostrarme el lamentable estado del alma de mi papá y
 por qué él era como era. Eso me conmovió y me llene de compasión hacia él, pues él también había sufrido demasiado en la vida. Lógicamente el no pudo darnos amor, porque él tampoco lo había recibido. Hoy mi alma y mi corazón están en total paz con respecto a mi madre y a mi padre.
Ya ni siquiera me duele recordar las cosas pasadas en familia. Sólo puedo ver lo que Dios hizo a través de los años y llenarme de agradecimiento porque me rescató y rescató también a mis hermanos. Nos lavó, nos limpió y cortó toda maldición generacional. Ya no vamos a cometer los mismos errores que ellos y tampoco vamos a pasar por los mismos sufrimientos. Por otro lado, Dios siempre usa el sufrimiento de nuestra vida para levantar el ministerio que puso en nuestras manos." TESTIMONIO DE  ROSE LIZ. 

Y así mismo con cada uno de nosotros, el Señor usa nuestras ruinosas experiencias pasadas para levantar nuestro ministerio. Todos hemos pasados cosas terribles e inexplicables: Lo que ayer fué dolor, traumas, depresión y angustia, hoy es la fuerza de este ministerio CASA DE ORACIÓN EN MISION AVIVAMIENTO, ya que ahora, justamente nos centramos y con YESHÚA, tenemos la visión de ayudar a las personas a liberarse y sanar de problemas emocionales. Y sin exagerar, miles de personas han sido ayudadas a través de la página y de la intercesión de alto nivel. Así que ese sufrimiento que estás pasando, mañana se va a convertir en tu arma de guerra más poderosa. Por eso, demos gracias a Dios en toda tribulación, porque toda desgracia Él transforma en bendición. Nunca soltemos su mano, aunque no veamos la salida, Él está a nuestro lado y de lo vil, Él sacará lo precioso.

(1) LA FALTA DE PERDÓN extiende un dominio paralizante sobre nuestras vidas. Nuestra vida espiritual y nuestro crecimiento y madurez espiritual PRÁCTICAMENTE dependen de que tengamos o nó un espíritu perdonador. Si tenemos amargura en el corazón, vamos a quedar estancados en nuestro llamamiento y en el propósito de Dios.
ODIO?   Sé que la palabra ODIO, es una palabra muy fuerte. Pero la falta de perdón tiene su raíz en el ODIO. Podemos suavizar esta palabra llamándola resentimiento, ardor, enojo.....pero en realidad su raíz es el odio. 15 Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. 1 Juan 3:15. La falta de perdón se transforma en odio y el odio en homicidio. 25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas. Marcos 11:25 Entre PERDONAR O NO PERDONAR, sin duda la mejor opción es perdonar. Perdonar es una decisión y no un sentimiento. Después de decidir perdonar y soltar la furia, la rabia y el resentimiento, entonces Dios obra una paz tan sobrenatural y permite que sintamos que hemos perdonado. Pero si decidimos no perdonar, viviremos en la oscuridad, nuestros pensamientos no tendrán claridad, andaremos en confusión, debilitados, atormentados, torturados y comenzamos a cometer errores, uno tras otro. Un alma llena de enojo y amargura, jamás tendrá pensamientos claros. La falta de perdón es oscuridad.(1Juan 2:9-11)
Por otro lado, los demás a nuestro alrededor intuyen, disciernen que "algo" está mal en nosotros
 y eso afecta el medio donde nos movemos y a las personas que nos rodean.

(2) DEBEMOS COMENZAR PRIMERO EN LA FAMILIA.
Es demasiado fácil tener falta de perdón dentro de la familia. Pues son los que más tiempo están juntos, más se conocen y más se pueden lastimar profundamente unos a otros. Si no resolvemos perdonar dentro de la familia, eso traerá devastación a nuestra vida. Podemos caer en un padecimiento emocional, que puede ir agravándose con el tiempo.
Es muy importante reconocer sinceramente que hemos perdonado a nuestros padres. Por allí 
debemos comenzar. Aún si tuvimos muy malos padres, que prácticamente destruyeron la vida de 
uno, Dios está con nosotros para darnos un nuevo comienzo y un nuevo propósito y Él lo va a
 hacer porque su Palabra está llena de este tipo de promesas. Es dejando todo lo pasado atrás, y entrar en una nueva alianza con nuestro Creador, y eso traerá grandes cambios en nuestra vida.
Y ciertamente hoy podemos perdonar y mañana ser nuevamente ofendidos dentro de la misma familia, pero aún Dios quiere que perdonemos TODO EL TIEMPO!! Seamos sabios para relacionarnos con los demás y sepamos poner límites si es que la relación con una determinada persona se torna muy difícil. Debemos perdonar todo el tiempo pero poner límites. 

Si una madre y su hija adulta pelean día y noche, tal vez es hora de pensar que la hija adulta tiene que independizarse y vivir lejos de la fuente del conflicto, aunque con paz en su corazón, sabiendo que entre ella y su mamá hay poca afinidad. ESTO NO ES PECADO. Pecado es vivir en pleitos y no hacer nada por resolverlos. A veces las relaciones familiares MEJORAN SUSTANCIALMENTE cuando se independizan los miembros de la familia. Esto trae mucha paz;  el aprecio, la armonía y el amor vuelven a la familia y esto Dios bendice en gran manera.

PERDONAR, es una decisión que tiene que trabajar día con día. Todos los días debemos perdonar. 490 veces al día! (Mateo 18:21-22). Tenemos que entrar constantemente en la presencia de Dios y pedir que nos revele si hay falta de perdón en nuestro corazón y con quién es el problema y Él lo hará. A veces no nos damos cuenta que hay falta de perdón en nuestro corazón.
Si Dios nos perdonó una gran deuda y nos sacó de un basurero, entonces, estamos obligados a retribuir el perdón que nos dió, para los demás. El perdón en realidad es la mejor venganza en una relación conflictiva, pues no sólo libera a la persona que perdonamos, sino también nos libera PRINCIPALMENTE a nosotros mismos, para que podamos movernos hacia donde Dios tiene sus planes para nosotros. Y realmente no nos debe interesar que ellos admitan su culpa o no. Muchas veces nunca admiten que han errado, y eso nunca debe detenernos a perdonar, ya que el tiempo
ES EL MEJOR REMEDIO, por decirlo de alguna manera y el que va a demostrar donde estaba el error. La justicia de Dios siempre  llega. 
Siempre digo y siempre se ha cumplido: TODO CAE POR SU PROPIO PESO.
Dios estipula en su palabra el tipo de conducta que desea para nosotros: 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:32. Si no perdonamos, nuestra alma enferma quedará en la cárcel.

(3) -NO PUEDO PERDONAR.  Tal vez lo que te han hecho fue terrible, devastador, horrendo. 
No creo que haya un ser viviente que no haya sufrido en este mundo.
A veces sentimos que el daño que nos hicieron es demasiado grande, hasta que sabemos el caso de otras personas, que les tocó muchísimo más difícil que nosotros. Pero la Palabra no nos dá opciones. Sólo ordena que perdonemos, y tiene que ser nuestra confianza completa en Dios que Él está llevando nuestra vida. Tenemos que aprender a refugiarnos completamente en Él. Toda la vida habrán problemas, luchas, desilusiones, pesares.... ESTO ES INEVITABLE, y no podemos morir de amargura las veces que alguien nos ofende. 11 La cordura del hombre detiene su furor,

Y su honra es pasar por alto la ofensa. Proverbios 19:11

Si no aprendemos a perdonar rápido, se formarán en nuestro corazón capas sobre capas de resentimiento, hasta formarse una raíz tan gruesa de amargura que será literalmente imposible deshacernos de ella. Por eso Dios nos puso la oración, para tomar fuerzas, paz, y avanzar, para que nuestro Dios nos imparta de su consuelo y su sanidad,  aunque no veamos la salida. Y la Palabra, como lumbrera, que nos indica cual debe ser nuestra conducta y lo que debemos hacer cuando tenemos conflictos. Con cada victoria, sabremos y conoceremos más a nuestro Dios y tendremos la certeza de que podemos descansar en Él. Si tenemos una relación de intimidad con Dios, jamás nos sentiremos solos, aunque físicamente estemos solos. Perdonar es una decisión, lo sintamos o no, y cuando uno toma la decisión de perdonar, Dios bendice esa decisión y derrama sobrenaturalmente el perdón, el sosiego y la tranquilidad en nuestro corazón.


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